El fin de año se acerca y en el mundo secular escuchamos la expresión: año nuevo, vida nueva. Y es que el comienzo de un nuevo año trae implícitamente un deseo de cambio. Tal vez, un deseo de querer mejorar a nivel físico, mental o emocional. O bien, un anhelo o esperanza de que todo irá a mejor. Sin duda, querer cambiar para bien es algo deseable. Sin embargo, muchos de estos propósitos quedan en el olvido cuando apenas pasan las primeras semanas del nuevo año. Realmente, no es necesario que llegue el 1 de enero para iniciar un cambio. No obstante, hay personas que usan esta fecha como punto de partida o motivación. En realidad, Dios transforma y cambia vidas sin importar la fecha, el día o la hora; y lo mejor de todo es que Él desea hacerlo y lo hará con cualquier persona que se entregue completamente a Jesucristo. Pero, ya que hablamos de año nuevo, vida nueva, vamos a examinar cómo podemos iniciar bien el año; de manera que podamos decir mejor: año nuevo en Cristo.
¿Por qué no comenzar este año presentando delante de Dios todos nuestros anhelos, deseos, preocupaciones o dificultades? Más bien, ¿por qué no consagrar toda nuestra vida a Cristo?
Sugerencias para comenzar un año NUEVO EN CRISTO
Aquí tienes algunas sugerencias que podrás practicar diariamente. Volvemos a repetir lo de antes: no importa la fecha de inicio, lo importante es comenzar. La constancia será la clave para tener un nuevo año bendecido. Es normal tener sueños y metas; por consiguiente, si queremos tener una respuesta de Dios, la oración será el medio ideal para conseguirlo.
1. Establece una rutina diaria de oración
Con ello nos referimos a disponer de un tiempo dedicado única y exclusivamente a la oración. Es decir, un espacio de tiempo inamovible en tu día a día donde nadie te interrumpa y donde estés alejado de cualquier distracción. El objetivo es establecer una rutina para que puedas iniciar una relación íntima con Dios. Tal vez para ti sea todo un reto comenzar con sólo 10 minutos al día. ¡No te preocupes! Es importante que entiendas que no es la cantidad sino la calidad lo que cuenta. Al principio puede parecer poco, pero después de un mes serás capaz de orar 30, 45 o 60 minutos ininterrumpidamente.
¿Dónde? Puedes buscar un lugar tranquilo en tu hogar, ya sea tu habitación, un trastero o tal vez incluso en medio de la naturaleza o un parque. Recuerda que el Señor Jesús siempre buscaba lugares aislados y alejado de las personas para buscar la comunión más íntima con el Padre (Lucas 5:16).
2. Lee y medita en la Palabra
Leer la Biblia no es leer un libro cualquiera. Se necesita de la ayuda del Espíritu Santo para poder interpretar y entender correctamente las Sagradas Escrituras. Además, necesitamos meditar en ella. Esto significa reflexionar y pensar sobre el texto leído, buscar relaciones dentro de la Biblia, significados de palabras en su idioma original, contexto histórico, etc. Existen diferentes calendarios de lectura para hacerlo por orden (muchas Biblias contienen una sugerencia de lectura para cada día del año). Así mismo, puedes consultar a tus líderes para que te ayuden a planificar bien la lectura. Lo importante es que adquieras el hábito y te alimentes de la Palabras de Dios.
En el primer punto hemos hablado de la oración; y es que debes entender que la relación oración y lectura, es como el ejercicio físico y la nutrición. Ambas deben ir de la mano y son igualmente importantes para estar sanos y fuertes. Igualmente ocurre en el ámbito espiritual.
3. El ayuno no es sólo DE comida
Cuando hablamos de ayuno, pensamos en abstenernos de alimento; y en cierta medida es así. Sin embargo, el propósito principal no es pasar hambre por gusto, sino doblegar o debilitar la carne para fortalecer el espíritu en oración y comunión con Dios. Se trata de otra forma de apartarnos de aquello que supone una distracción en nuestra relación con Dios.
Y ya que hablamos de distracciones, también lo pueden ser otras cosas. Por ejemplo: teléfonos móviles, Redes Sociales, videojuegos, televisión, etc. De manera que el ayuno puede abarcar diferentes ámbitos de nuestra vida, no sólo el alimento. ¿Hay algún tipo de ocio que te suponga una distracción a la hora de orar o leer la Biblia? Si es así, tal vez deberías probar a ayunar de esto.
4. Organiza bien tu agenda de oración
Tenemos diferentes motivos de oración; es por ello que saber distribuirlos correctamente en la agenda será ideal para orar con determinación, constancia y orden. Si no queremos tener páginas que parezcan una lista de la compra y nos hagan un lío, lo mejor será agrupar esos motivos. Algunos pueden ser personales e íntimos, otros familiares, ministeriales, materiales, etc. Agrupa las peticiones y crea un orden, como si fueran categorías. Así mismo, puedes repartir motivos para diferentes días de la semana. Lo importante es ser constante y presentar todo ante Dios.
Año nuevo en Cristo
Comencemos este nuevo año con ilusión, no sólo esperando sino actuando. Dios ya nos dió todas las cosas junto con su Hijo (Romanos 8:32). Hemos recibido el mayor regalo: la salvación por medio del sacrificio de Jesucristo. Tengamos fe en todo aquello que Él quiere darnos.
Ahora, somos llamados a marcar la diferencia; somos llamados a ser luz en este mundo. Por eso te animamos a servir en tu iglesia, a ser parte de la comunidad y disfrutar la comunión con tus hermanos y hermanas en la fe. Involúcrate en la obra; y lo más importante: lleva a cabo la gran comisión. Mateo 28:16-20
¡Deseo que tengas un feliz año nuevo en Cristo!